Así es como destrozas la vida de tus hijos cuando decides serle infiel a tu pareja.
Una infidelidad, y ellos se enteran. Se dan cuenta desde antes que se lo digan y lo sufren durante mucho tiempo después.
Estas son algunos de los terribles daños que pueden sufrir los pequeños cuando sus padres son infieles:
Pánico y paranoia
Un niño que sabe que su papá o mamá fue infiel va a crecer con mucha inseguridad, sentirá la ansiedad de que las personas a las que quiere lo abandonarán por alguien más. Cuando tenga una pareja, siempre tendrá ese miedo y podrá ser demasiado aprensivo con esa persona especial.
Deja de creer en el amor
No es que su familia se haya separado, es que uno de sus papás traicionó al otro. El niño entonces va a sentir que nunca hubo amor y que la familia no se trata de eso. La mayoría de ellos crecerán para tener relaciones sin compromiso y será casi imposible que realmente genere un lazo afectivo con alguien más.
Desconfía de todo y todos.
Sumado a esa paranoia, cree que no puede confiar en nada ni en nadie. Va a desconfiar de todos a un grado tal que es posible no pueda tener ni siquiera la más básica relación de amistad con otra persona.
Será también infiel
El primer y principal ejemplo para un niño son siempre los padres, si lo que él ve es que se puede ser infiel, es muy probable que también sea infiel. Puede ser a tal punto que crea que la infidelidad es normal en toda y cada una de las relaciones, cosa que no sucede.
Sentirá la traición familiar
Se supone, y ha creído, que la familia es quien lo protege, es donde se puede sentir seguro, es donde nada malo puede pasar… pero ya no es así. Pierde la confianza en quien más debería confiar, siente esa decepción que ninguna persona debería sentir.
Debe elegir entre sus padres
Y esto será peor que en un divorcio normal, porque sentirá esa desconfianza en la persona infiel y difícilmente querrá irse con ella. Tal vez quiera irse con papá pero ya no querrá siquiera verlo pues estará en su corazón esa infidelidad y ya no habrá hogar con ninguno de los dos.
Por algo es que se llama compromiso, cuando tenemos una familia, nosotros dejamos de ser lo más importante, ahora son ellos. Y una infidelidad no pasa desapercibida… NUNCA.